CEUTA: la ciudad de paso marcada por una frontera permanente

La ciudad autónoma es punto de tránsito para quienes buscan llegar a Europa. Aunque muchos solo la pisan durante unas horas, la frontera que los separa sigue firme con el paso del tiempo a pesar de que la atención mediática haya cambiado.


Texto| Carlota Temprano Sierra

En mayo de 2021, más de 12.000 personas cruzaron la frontera de Ceuta en menos de 72 horas... Una imagen sin precedentes se apoderó de la ciudad ceutí: niños, jóvenes, mujeres, familias al completo, se lanzaron al agua con un bañador, una mochila y unas chanclas como equipaje con un único fin: pisar el suelo Europeo aunque solo fuese por unas horas. 

Mucho se ha especulado sobre las causas de aquel salto masivo pero, aunque pueda parecer difícil de creer, detrás de todo el caos hubo una estrategia. En plena tensión diplomática entre España y Marruecos, el Gobierno marroquí decidió utilizar a sus ciudadanos como armas políticas contra un tercer Estado. "Marruecos abrió sus fronteras, desplegó autobuses y taxis, pagados, los cuales acercaban a miles de personas a la frontera, y estas, hacían cola para entrar a España", afirma Paloma Fernández Coleto, Socióloga y Periodista en la Frontera Sur. Algunos creyeron que sus ídolos del deporte estaban en Ceuta y, otros, simplemente aprovecharon la oportunidad que llevaban meses soñando en busca de un futuro mejor... Años después, el foco mediático ha cambiado a otros puntos del país, como por ejemplo las Islas Canarias, pero lo cierto es que la frontera sigue ahí y las personas que la cruzan, también.

Ceuta ha sido siempre una de las puertas de entrada para inmigrantes, tanto legales como ilegales, pero, ¿por qué no se le reconoce como un municipio receptor de migrantes irregulares? Lo cierto, es que la ciudad ceutí lleva décadas siendo una "ciudad de paso" ya que es un puente hacia Europa, es decir, el destino final de las personas migrantes es llegar a la península o a nuestro continente. "El futuro aquí no lo encuentran, no hay futuro para ellos, no hay industria... Muchas veces me he llegado a encontrar con personas que están aquí, en Ceuta, y quieren ir a España... claro, para ellos España es lo que está al otro lado del charco", declara Sebastián Vega Murcia, Jefe de la Policía Local de Ceuta.

2021. Militares organizando aquella crisis humanitaria. Antonio Sempere

2021. Personas cruzando la frontera de Tarajal. Antonio Sempere

2021. Un hombre celebrando su llegada sano y salvo. Antonio Sempere

2021. Jóvenes y niños recién llegados a Ceuta. Playa de Tarajal. Antonio Sempere

2021. Joven saltando la valla de Ceuta. Antonio Sempere

La ciudad ceutí cuenta con dos tipos de migración. Por un lado, los subsaharianos, que emigran desde el sur de África. Estas personas pueden llegar a territorio español, pedir protección internacional y residir en el CETI (Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes). Por otro lado, están quienes emigran desde Marruecos. Para muchas de estas personas, la COVID-19 supuso un giro inesperado donde nadie estaba preparado. Antes de la pandemia, los residentes que vivían en la provincia de Tetuán podían cruzar la frontera sin visado Schengen, solo mostrando su DNI o pasaporte marroquí. Es decir, podían entrar y salir de España libremente. Muchos venían al porteo, a trabajar para la construcción, para el servicio doméstico o de visita, cuando acababa el día, regresaban a su país.

Durante los años previos, mientras el Tratado Schengen se cumplía con normalidad, más de 30.000 personas cruzaban la frontera a diario. La mayoría de ellos dependía de los ingresos de la frontera. Un día, sin previo aviso, la frontera se cerro de manera unilateral <El Gobierno Marroquí anuncia a las 11AM que a medianoche se cerraría el paso>. Muchos lograron volver a sus casa pero otros se quedaron atrapados en Ceuta. Los que se encontraban en la ciudad ceutí se quedaron solos, sin apoyo, sin recursos, lejos de los suyos. Algunos tenían familiares enfermos, otros una familia entera que dependía de ellos... Pensar en tu familia la cual solo separa una frontera y no poder verla debió ser muy duro. Fue entonces cuando comenzó la "migración a la inversa". Marroquís saltaban la valla, cruzaban nadando, de manera inversa, para poder llegar a su tierra y estar con los suyos. 

De ahí, proviene el pequeño repunte de migración en aquella época. Si nos fijamos en las cifras de los últimos años, el total de migrantes irregulares que llegaron a España (por vía marítima y terrestre) en 2024 fue de 63.790 personas (56.852 el año anterior). Comparando estos datos, se aprecia un claro incremento del 137%.

Si nos centramos en Ceuta (2024), a través de vía terrestre (saltos de la valla y los cruces por los espigones de Benzú y Tarajal) llegaron un total de 2.351 migrantes. Por vía marítima, es decir, en embarcaciones, son 28 las personas que lograron cruzar a Europa.

2021. Guardia Civil ayudando a una mujer en el mar.  Antonio Sempere

2021. Cruz Roja con un bebé en brazos. Antonio Sempere

2021. Menores en fila siendo atendidos en naves habilitadas. Antonio Sempere


Detrás de cada cifra hay una vida

 

Las cifras se repiten, constantemente, en titulares, debates políticos, informes, redes sociales... Sentados en el sofá, con una manta y sabiendo que mañana habrá desayuno, vemos cifras y pasamos página. Pero detrás de cada número puede haber alguien que no llegó, alguien que lo perdió todo. "Iba con mi cuñado a trabajar y viví una de las cosas más fuertes desde que tengo uso de razón. Una persona, totalmente deformada, estaba flotando junto al Espigón del Tarajal. No sé cuánto tiempo debió estar esa persona en el agua. El levante debió arrastrarlo hasta allí. Te choca, te choca mucho...", declara Hamsa, ceutí y taxista desde 2017. Desde lejos, todo parece una estadística pero, en lugares como Ceuta, donde la migración irregular no es noticia, sino una realidad constante, la gente sabe lo que hay detrás. Ven los rostros, la desesperación, la angustia; "aquellos días de 2021, fueron durísimos. Veía niños... Muchos eran críos en el agua. La gente se los llevaba a su casa para bañarlos, estaban muertos de frío", asegura Antonio Sempere, fotoperiodista en la Frontera Sur.

 

En mayo de 2021, el mundo miró a Ceuta. Nunca se había vivido algo igual en la ciudad ceutí. Aquel salto masivo no se ha vuelto a repetir con tanta fuerza, pero la realidad nunca se ha ido. Desde entonces, la frontera sigue ahí, sigue siendo testigo de la migración irregular cada día, aunque ya no abra los telediarios ni ocupe portadas.
Al final, lo
que para muchos es solo un número más, para otros es un cuerpo en la orilla, una manta térmica en el suelo, o una mirada que nunca se olvida.


A veces las palabras no bastan...

Después de tanto análisis, de tanto intentar explicar lo que, muchas veces, solo entendemos cuando lo sentimos, hace falta mirar, escuchar a las personas para, de alguna manera, convertir todos esos datos en imágenes y poder entender la realidad, sin filtros, ni manipulaciones. 

A continuación, este video recoge aquellos días desde dentro: la verdad y el por qué de todo, testimonios desde los ojos de quienes lo vivieron, en primera línea, e imágenes y vídeos de aquellos duros momentos.

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