Detrás de cámaras en Ceuta...

Entrevista a Antonio Sempere

Playa de Tarajal. Antonio Sempere, fotoperiodista de temas de migración.

Comisaria de la Policía Local de Ceuta. Sebastián Vega Murcia, jefe de la Policía Local de Ceuta.

Paseo marítimo de Ceuta. Paloma Fernández Coleto, socióloga y periodista en la Frontera Sur.

Recorriendo la calles de Ceuta. Hamsa, ceutí y taxista.

Detrás de cámaras en Tarifa...

Tarifa. Tripulación de la Salvamar Arcturus.

Aguas del Estrecho. Grabando planos recurso.

Aguas del Estrecho. Con la tripulación.

Playa Chica, Tarifa. Entrevistando a Pepe Cárdenas, coordinador de la Cruz Roja de Tarifa durante 11 años.

Playa Chica, Tarifa. Entrevistando a Pepe Cárdenas, coordinador de la Cruz Roja de Tarifa durante 11 años.

La Tarifeña, Calle de la Luz. Hannan, cocinera marroquí. Nos regaló pastelitos marroquís.

La Tarifeña, Calle de la Luz. Entrevistando a Hannan. 


Así hice mi TFG: aventuras y desventuras de un desafío periodístico

"Diario de a bordo" de un estudiante...

No lo voy a negar... esto no ha sido fácil. A veces vemos un trabajo terminado y pensamos que ha sido un camino recto, sencillo, limpio, sin baches... Pero la realidad es otra. En este proyecto me he encontrado con muchas piedras en el camino: humanas, técnicas y materiales. Ha habido momentos en los que no veía el final del túnel, pero rendirme nunca fue una opción. He aprendido que, si algo merece la pena, si crees en lo que haces, siempre encuentras una forma de salir adelante. Y así ha sido.

Esta es mi historia contada desde dentro: un cuaderno de bitácora de todas las aventuras y desventuras que he vivido a lo largo de este trabajo.

 

Un día, sentada en el sofá, mientras veía la tele, me di cuenta de la situación que vivía Canarias. El telediario comenzó con unas imágenes durísimas sobre la migración irregular. Todo apuntaba a que el problema en Canarias cada vez iba a peor... Me removió por dentro. No por ver algo nuevo, sino por lo familiar. Soy tarifeña. He crecido viendo a migrantes llegando a la costa en pateras, en lanchas etc. Es algo que he vivido desde pequeña, pero esa parte ya no salía tanto en las noticias. El Estrecho de Gibraltar parecía haber sido olvidado. Ahí lo vi claro: quería contar desde dentro lo que pasaba, y pasa, cada día en ambas orillas del estrecho. Dar voz a quienes cruzan, a quienes salvan vidas y a quienes conviven con esa realidad.

 

En noviembre de 2025 le presenté a mi tutor la idea inicial. Me dio el visto bueno, nos ilusionamos juntos y comencé con esta aventura. Al principio, pensaba hacer un video reportaje de 20 minutos, pero él me empujó a más: una web interactiva que integrara todo lo aprendido en la carrera —VTR, textos, gráficas, fotos, redacción.— Y así empezó todo.

Empecé investigando, empapándome de artículos, noticias, estudios académicos… Tarifa y Ceuta serían mis destinos. Comencé a contactar con las fuentes. Las entrevistas se iban cerrando, todo parecía ir sobre ruedas. Incluso la Guardia Civil me dio un primer sí. Pero luego vino la parte dura: permisos, trámites, silencios, excusas, respuestas contradictorias entre el Ministerio y la G.C.

Con el resto de entrevistas confirmadas, planifiqué el viaje par grabar del 2 al 6 de abril. Fueron los días más intensos de mi vida. Grabé en Ceuta y Tarifa junto a mi cámara, mi padre. Tuve que lidiar con fuentes que se caían a última hora, con madrugones, ferris, horas al sol, fallos técnicos… A media hora de llegar a Ceuta, el Ministerio del Interior no quiso ayudarme. Recibí una carta en la que dejaban claro que no ayudaban en trabajos universitarios y que si quería una entrevista, debía ser oficialmente periodista. Por suerte, conté con el apoyo de mi entorno —como mi padre, Miguel Temprano, periodista— que tiró de contactos. Y aun así, el “sí” nunca se concretó... Pero, también me crucé con personas increíbles como Hamsa, Sebastián Vega Murcia, Paloma Fernández Coleto, Antonio Sempere, Salvamento Marítimo, Cruz Roja, Hannan…

 

Viví situaciones únicas: entrevistar en la frontera, navegar por el Estrecho, grabar con delfines y cachalotes de fondo, recorrer barrios conflictivos con Hamsa (taxista ceutí) y Antonio Sempere (fotoperiodista), emocionarme con historias de superación, de miedo, de esperanza. Y cuando pensaba que lo más duro había pasado… llegó la edición y el montaje. El programa que usaba se hackeó y perdí todo el montaje del primer VTR a dos días de la entrega final. Todo lo que llevaba editando durante un mes decidió bloquearse. Tuve que volver a hacerlo desde cero. Edité a contrarreloj. Cada día y noche, organizaba el material y rezaba para no perder nada más. Dormía poco y vivía pegada al ordenador.

Después de rehacer el primer VTR por el fallo de la aplicación, monté también el vídeo de Tarifa… y me encantó. Estaba feliz, sentía que por fin todo estaba saliendo bien. Pero no, todavía me quedaba una más: al subir los vídeos a YouTube para integrarlos en la web, me saltó un aviso de derechos de autor por la música de uno de los clips. Así que tocó volver a cambiar toda la base musical, reexportar y volver a subirlo. Una vez más, aprendí que en este trabajo, hasta el último momento, todo puede volverse contra ti.

Pero también aprendí otra cosa: todas estas piedras del camino me han enseñado lo que significa de verdad ser periodista. Esta profesión no se basa solo en contar historias: es pelear por ellas, sostenerlas aunque se te caigan las fuentes o los trabajos. Este proyecto me ha hecho llorar, me ha agobiado hasta el límite y me ha hecho sentir que nunca iba a terminar. Hubo momentos en los que parecía que la vida no quería que lo acabara. Pero no me rendí nunca. Saqué fuerzas de lugares que ni sabía que tenía. Quería, que por encima de todo, que quedara bien, que estuviera a la altura. Y creo, con toda la humildad del mundo, que lo he conseguido. Me he enamorado del trabajo que he hecho, estoy orgullosa de mí misma y de no haber tirado la toalla. Porque esto no ha sido solo un Trabajo Final de Carrera, ha sido mi primer gran reportaje, mi primer salto al periodismo de verdad y, pase lo que pase, eso no me lo quita nadie.

 

Este TFG no solo me ha formado como periodista, sino que me ha transformado como persona. Ha sido duro, pero ahora tengo más claro que nunca que he nacido para contar historias como estas.